lunes, 30 de agosto de 2021

 8 DE SEPTIEMBRE  NATALICIO DEL VENERABLE JOSE JULIO MARIA MATOVELLE

                                 


El 8 de septiembre de 1852, en Cuenca, doña Juana Maldonado, dama de la nobleza Cuencana da a luz a un niño fuera del matrimonio, el pobre niño apenas aparece a la vida y ya el dolor le persigue, es abandonado por su madre frente la casa de su hermana Carmen, quien le prodiga sus cuidados, le hace bautizar  con el nombre de José Julio Expósito, sin apellidos.

A los tres meses fue entregado a una campesina de Tanda Catu, una vereda situada al occidente de Cuenca, ella le llena de atenciones, aunque el alimento es escaso y le abriga con burdos pañales, por su limitada economía; la Providencia Divina, protegió maravillosamente la vida del niño a quien había dotado con cerebro de apóstol y corazón de mártir, predestinándole para grandes y trascendentales obras.

Ante esta realidad personas piadosas solicitan a la señorita Isabel Matovelle (hermana del padre), recogiese al niño, así lo hace, y antes de que cumpliera un año de nacido lo adoptó. A los cuatro años recibe el sacramento de la confirmación y se le da el nombre de María en honor a su fecha de nacimiento.

Tan pobre y triste, tan duro es el comienzo de su vida, que el mismo Matovelle en sus “Memorias Intimas” escribe “La señora piadosa (era una tía mía paterna) que me había adoptado como hijo, tenía para conmigo el amor y la solicitud de una verdadera madre, a quien amaba yo, entrañablemente”.

Apenas cumple cinco años muere su protectora, quedando nuevamente en la orfandad,  más tarde escribe “Esta muerte me sumió en un perpetuo mar de amargura, la vida se me convirtió en un verdadero destierro, soledad profunda y doloroso abandono”.

Una vez más se responsabiliza del niño una mujer de profunda piedad cristiana, María Quinde a quien Julio María le llamaba “Mamita”. Bajo el cuidado de esta gran mujer, el niño aprende a venerar profundamente a la Virgen María puesto que, al encontrar una estampa de la Virgen de los Dolores tirada en las calles de su pueblo lo tomó como su propiedad porque era lo único que hasta el momento lo consideraba propio, en su diario escribe “Desde hoy en adelante tú serás mi madre” . se consagró para siempre a María con la siguiente oración.

RECIBE, OH MARÍA,LA SENCILLA OFRENDA QUE EN HUMILDE PRENDA,  MI AMOR TE CONFÍA, A TI, MADRE MÍA”.



 

Sus primeras letras las aprende en un ambiente en el que comparte niños y niñas, bajo la orientación de maestros privados: Manuel San Martín y Serafín Sarmiento, posteriormente asisten a la escuela de Santo Domingo, lugar en el que aprende la devoción a nuestra señora del Rosario. En la escuela se destaca por su imaginación, talento y dedicación, demostrando además, piedad moral y solidaria.

A los diez años sufre graves enfermedades, lo que le fortalece la gran devoción a María, quien ejerció la mayor influencia en la niñez de Matovelle. Posteriormente y considerando los talentos del niño, el sacerdote Miguel León logra que el verdadero padre Santiago Matovelle lo reconozca y se responsabilice de su hijo.

 

v  ADOLESCENCIA

 

Empezando su adolescencia perdió a su protectora, quedando a merced de sí mismo, aunque un poco más tarde su verdadero padre Santiago Matovelle lo reconoce como su hijo, sin embargo, tiene que sobrellevar una serie de dificultades, para adaptarse a un nuevo estilo de vida.

Su educación secundaria lo realizó en el seminario regentado por los Jesuitas, destacándose por su profundo amor a los estudios y mucha disciplina por lo que logra un gran ascendiente entre sus compañeros. Como estudiante acometió la propaganda de las letras, porque comprendió que los pensadores solitarios no trascienden; era preciso juntarse, para rivalizar en el estudio y la producción intelectual, cambiando impresiones, estimulando mediante el aplauso, corrigiendo con la benévola censura, por ello el joven Matovelle funda centros literarios, el “Liceo de la Juventud” plasma sus ideas en el periódico “La Luciérnaga”. “La aurora” revistas sobre la vida contemporánea, civilización trabajo amenizado con poesías  inspiradas por el joven Matovelle.

En la educación superior, por sus cualidades, su amplio nivel de conocimientos, sus dotes de luchador a más de la ineludible necesidad en aquel momento histórico, Matovelle se orienta por el camino de la jurisprudencia con el ánimo de defender las ideas católicas atacadas inmisericordemente por los liberales.

  ABOGADO

“Abogacía sacerdocio de la JUSTICIA”

El 11 de noviembre de 1977 Matovelle logra su título de Doctor en jurisprudencia, inclinado por caridad y justicia ejerce su profesión en defensa de los presos de escasos recursos económicos.  Para Matovelle la abogacía fue SACERDOCIO DE LA JUSTICIA, medio inestimable para ejercer obras de caridad. Los justos tienen el don de dirigir al bien todo cuanto cae en el círculo de su actividad, son almas privilegiadas que convierten en diamante hasta el carbón que cae en sus manos.; la abogacía recuperó en Matovelle la nobleza de su origen, dejó de ser el negocio infame de los traficantes de la ley, para él un pedazo de cielo valía más que un puñado de monedas; para ofrecer un mejor servicio a sus hermanos renunció a la defensa de toda causa por dinero.

 

v    CATEDRÁTICO

La educación debe realizarse por vocación, con autenticidad, ética y mística de verdaderos maestros


Fue maestro de colegios y universidades, sus dictados eran sintéticos pero llenos de contenido científico, porque su propósito como educador fue formar mentes y corazones que obren dentro del BIEN LA VERDAD Y LA JUSTICIA.

“Matovelle fue un gran pedagogo, sabía instruir y educar, dar luz al entendimiento y buena dirección a la voluntad, se valía de las ciencias para llevar las almas a Dios y de la virtud para hacer un apostolado del cultivo de las ciencias”.

Wilfrido Loor

“LAS FORMAS CAMBIAN, EL ESPÍRITU ES PERMANENTE”, en este pensamiento está toda una amalgama de transformaciones pedagógicas que buscan nuevos espacios, sistemas, formas, métodos y estrategias que hagan de la educación el dínamo transformador de la sociedad a imitación de Cristo; en la que el docente cultive las virtudes y valores Humanos y Cristianos, logrando que sus estudiantes sean “… hombres y mujeres de modales correctos, no descuidados y sobre todo armoniosamente dispuestos a la búsqueda de los ideales más elevados.” (Padre Julio Matovelle”)

 

v  SACERDOTE

“La EUCARISTÍA es el encanto de mi alma”                      

Escuchó la voz de Dios que lo llamaba por intermedio del Sr. Obispo Estévez de Toral, quien le declara que Dios necesita de su talento y entusiasmo para seguir construyendo su Reino; el protagonista y director de juventudes después de sumarse en una profunda meditación para buscar el proyecto que Dios tenía sobre su persona, renuncia a su valerosa carrera de Abogado, escritor, parlamentario, poeta y publicista, para vestir el traje sacerdotal. Luego de algunos años de silencio, piadosa concentración, de entrenamiento para los combates del Señor, el santo Obispo que le descifró su destino tuvo el consuelo de dejar en su diócesis un defensor de la iglesia y de la patria.  Matovelle nació para ser santo, abraza la vida consagrada, se ordena como sacerdote el 21 de febrero de 1880.

 

v   POETA Y ESCRITOR.

“La Biblia es el FARO de todas las CIENCIAS” 

Matovelle escritor, ocupa frecuentemente la prensa, produciendo libros y muchísimos opúsculos y folletos. En sus trabajos científicos y didácticos como maestro idóneo de enseñanza universitaria se destaca en:

ü  Derecho Público Eclesiástico

ü  Ciencia Constitucional,

ü  Economía Política y

ü  Ciencia Administrativa

ü  Funda en Cuenca el Centro de Estudios Históricos Y Geográficos del Azuay

Fundó en la ciudad de Cuenca el Liceo de la Juventud, donde cultivó la literatura y la poesía, agrupando a la juventud intelectual con el objetivo de ilustrarla y aficionarla a la práctica de las letras; todos sus esfuerzos los dedica para conducirlos a Dios y sus grandes dotes de escritor y poeta los convierte al servicio del altar.

Matovelle sumerge el pensamiento en todas las fuentes de la vida, es poeta reflexivo, meditabundo, que huye de sutilezas, ansioso de dar preferencia a la verdad, a las profundas verdades de que se siente portador para decirlas al mundo, sin extremar las galas, pero con el arraigado convencimiento de quien arroja al surco espiritual semilla sana y útil, que habrá de fructificar. Es poeta filosófico, con filosofía que se reclina invariablemente en los tomillos salpicados de sangre del Calvario. Su inspiración es la Fe y su ideal la Cruz.

 

  ESPIRITUALIDAD

“El fundamento de la vida es el amor oblativo, el amor que llega hasta el sacrificio”

La base y fundamento de la espiritualidad de Matovelle fue la oblación por amor a ejemplo de Jesucristo que se ofreció en aras de la cruz  mediante la vivencia de los cuatro fines eucarísticos ADORACIÓN, ACCIÓN DE GRACIAS, REPARACIÓN Y SÚPLICA su Consagración al Corazón de Jesús y al Çorazón de María.

El acto de consagración para el Padre Matovelle, fue un compromiso de bien deliberado de entrega total a Cristo, simbolizado en su corazón herido por una lanza y coronado de espinas.  Esta consagración en calidad de víctima la ratificó con voto de perpetua castidad.

"La esencia de la devoción al Corazón Santísimo de Jesús se halla comprendida en estas palabras de su oficio: Cor amoris victima. Amor y sacrificio, amor inmolado: he aquí cuánto nos dice y enseña ese corazón herido, ardiendo en llamas, cercado de espinas y coronado por la cruz, Amor y sacrificio son también las dos virtudes principales de la comunidad Oblata, que forman como el sello y el carácter distintivo de los santos más adictos a este divino Corazón. Desde luego el sacrificio es la base primera en que se apoya su espiritualidad”.

 

 OBRAS PRINCIPALES QUE REALIZÓ

 

“El bien solo lo hace Dios, el ser humano hace el bien en la medida que su corazón vaya al unísono con el de Dios” 

Representó al pueblo Cuencano en el congreso desde 1884 hasta 1895, fundó las congregaciones de Misioneros Oblatos el 6 de octubre de 1884 y de Religiosas Oblatas el 8 de abril de 1892, logra el decreto legislativo que autoriza la construcción de la basílica del Voto nacional, monumento perenne de adoración al Divino Corazón de Jesús, coloca el monumento de  la virgen del Panecillo en la ciudad de Quito.

Funda orfelinatos, defiende la naturaleza, escribe varias obras entre profanas y religiosas, es aclamado aún por sus enemigos políticos; promovió y organizó el primer congreso Eucarístico Nacional, fue el gestor de la consagración de la República al Inmaculado Corazón de María, fue defensor infatigable de los pobres y de los indios de la Amazonía.  Sufrió persecución y destierro de parte de los enemigos de Dios y de la patria, funda centros  católicos, literarios, de acción patriótica, de cultura pública, revistas etc; su vida es de actividad, de trabajo y de lucha constante, como hombre público, como hombre de letras, como hombre político y después de haberse conquistado la admiración de los buenos y el rencor de los tiranos, pasó sus últimos días dentro de una pobre y sencilla celda de religioso, llegó el fin de su jornada y se durmió dulcemente en el sueño de los justos, en Cuenca, el 18 de junio de 1929.

 


lunes, 16 de agosto de 2021

7 pasos para el discernimiento vocacional


CONGREGACIÓN DE HERMANAS OBLATAS 

DE LOS CC.SS. DE JESÚS Y DE MARIA 

“VICEPROVINCIA CORAZÓN DE MARÍA”

7 PASOS PARA EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL 

Uno de los grandes retos que deberás enfrentar en tu vida es el de encontrar tu lugar

en la sociedad y en la Iglesia. Para ti, que buscas tu vocación, describiré siete pasos

que te pueden ayudar a discernir el proyecto de Dios sobre ti.

Aunque me referiré directamente a las vocaciones consagradas

(en la vida religiosa, en el sacerdocio, etc.), los pasos que enumeraré se pueden aplicar

para el discernimiento de cualquier vocación, estado de vida o profesión.


1.Oración “Señor ¿Qué quieres que haga?” Hch 22, 10 La vocación no es algo que tú inventas;

es algo que encuentras. No es el plan que tú tienes para tu vida, sino el proyecto de amistad

que Jesús te propone y te invita a realizar. No es principalmente una decisión que tú tomas

sino una llamada a la que respondes. Si quieres descubrir tu vocación, dialoga con Jesús.

Sólo mediante la oración podrás encontrar lo que Dios quiere de ti. En la oración,

el Espíritu Santo afinará tu oído para que puedas escuchar.

En el diálogo de amistad con Jesús podrás oír su voz que te llama:

“ven y sígueme” (Lc 18, 22); o bien, escucharás que te dice:

“vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti” (Lc 8, 39).

 


2. Percepción “Había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos

y aunque yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía”. Jr 20, 9 Para descubrir lo que Dios

quiere de ti tienes que escuchar, mirar y experimentar.

Para esto necesitas hacer silencio interior y exterior; el ruido te impide percibir.

Está atento a lo que se mueve en tu interior: tus deseos, tus miedos, tus pensamientos,

tus fantasías, tus inquietudes, tus proyectos. Escucha tanto a los que aprueban tu inquietud

como a los que la critican. Escucha tu corazón: ¿qué es lo que anhelas?

Aprende a mirar a los hombres que te rodean:

¿qué te está diciendo Jesús a través de su pobreza, de su ignorancia, de su dolor,

de sus desesperanzas, de su necesidad de Dios...? Ve tu historia:

¿Por cuál camino te ha llevado Dios?

¿Cuáles han sido los acontecimientos más importantes de tu vida?,

¿de qué manera Dios estuvo presente o ausente en ellos?

¿Qué personas concretas han sido significativas para ti?, ¿por qué?

Contempla el futuro: ¿qué experimentas al pensar en la posibilidad de consagrar tu vida a Dios?

Tienes sólo una vida, ¿a qué quieres dedicarla? Ten cuidado en discernir si tu inquietud y

la atracción que sientes son signos de una verdadera vocación consagrada

o son manifestaciones de que Dios quiere que intensifiques tu vida cristiana como seglar. 


Al dar este paso podrás decir:

“Tal vez Dios me esté llamando...”

“Siento la inquietud de consagrar mi vida a Dios”. 





3.Información “Observen cómo es el país y sus habitantes, si son fuertes o débiles,

escasos o numerosos; cómo es la tierra, buena o mala;

cómo son las ciudades que habitan, de tiendas o amuralladas;

cómo es la tierra fértil o estéril; con vegetación o sin ella”.

Nm 13, 18-20 Los caminos para realizar la vocación consagrada son múltiples.

No basta con querer entregar tu vida a Dios y desear dedicarte al servicio de tus hermanos.

Es necesario saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas.

Para descubrir tu lugar en la Iglesia es conveniente que conozcas las diversas vocaciones.

Investiga cuál es la espiritualidad que viven los sacerdotes diocesanos o las diferentes

congregaciones religiosas; y siente cuál de ellas te atrae. Ve cómo viven:

no es lo mismo una congregación contemplativa que una de vida apostólica.

Infórmate sobre cuál es su misión y por qué medios pretenden realizarla:

enseñanza, hospitales, dirección espiritual, promoción vocacional, misiones,

predicación de ejercicios, medios de comunicación, etc.

Conoce quiénes son los principales destinatarios de su apostolado: jóvenes, pobres,

sacerdotes, enfermos, niños, seminarios, ancianos, etc.

Aunque ordinariamente cuando se experimenta la inquietud vocacional se siente también

el atractivo por una „vocación específica, vale la pena que dediques algunas horas

a informarte más a fondo sobre esa vocación y sobre otras.

Y si al final te decidieras por la que en el principio te inclinabas,

el tiempo empleado en informarte no habrá sido desperdiciado.

Al dar este paso podrás decir: “Me atrae la espiritualidad,

el estilo de vida y el apostolado de esta congregación”.

“Posiblemente Dios me está llamando a ingresar al noviciado o al seminario”. 


4. Reflexión “Si uno de ustedes quiere construir una torre

¿no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?

No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar,

todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:

“Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. Lc 14, 28-30

La vocación es una empresa demasiado grande, ¡y es para toda la vida!

Por eso no te puedes lanzar sin antes haber reflexionado seriamente sobre

ti y sobre la vida que pretendes abrazar. Descubre cuáles son tus capacidades y limitaciones.

Piensa si podrás vivir las exigencias que implica la vocación -

contando desde luego con la gracia de Dios-.

¿En qué signos concretos te basas para pensar que Dios te llama?

¿Qué razones en favor y en contra tienes para emprender ese camino?

¿Qué es lo que te atrae y qué no te gusta de ese estado de vida?

Dios te pide que te comprometas responsablemente en el discernimiento de su voluntad.

Quiere que utilices tu inteligencia para buscar tu vocación.

Con la luz del Espíritu Santo podrás descubrir lo que Dios quiere de ti.

No pienses que llegarás a tener certeza absoluta de lo que Dios quiere de ti:

algo así como tener un contrato firmado por Él, en el que te revelara su voluntad.

Lo que encontrarás serán signos que indican cuál podría ser el proyecto de amistad

que tiene para ti. Al descifrar esos signos podrás tener certeza moral de su llamado

. Yo tengo certeza absoluta de que no puede haber un círculo cuadrado,

y tengo certeza moral de que la silla en la que estoy sentado no se va a romper.

La certeza moral es la que necesitas para actuar Al dar este paso podrás decir:

“Creo que Jesús me llama”. “Creo que, con la ayuda del Espíritu Santo, podré responder”. 


5. Decisión “Te seguiré vayas adonde vayas” Lc 9, 57

Habiendo descubierto lo que Dios quiere de ti, decídete a seguirlo.

Tomar tal decisión es difícil. Sentirás miedo.

Tus limitaciones te parecerán montañas:

“¡Ay Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho” (Jr 1, 6).

Sin embargo, a pesar de tus limitaciones -o mejor con todas ellas-,

responde como Isaías: “Aquí estoy, Señor, envíame” (Ls 6, 8).

Decir el “sí” con el cual comprometes toda tu vida es una gracia.

Pídele al Espíritu Santo que te dé esa capacidad de respuesta.

No afrontar la decisión equivale a desperdiciar tu vida.

Para iniciar el camino de la vocación no esperes tener

certeza absoluta de que Dios te llama (“el contrato firmado”);

te basta la certeza moral. La decisión es un paso en la fe;

en un acto de confianza en tu amigo Jesús.

Al decidirte a seguir radicalmente a Jesús es normal que tengas dudas de si podrás

con las exigencias y si llegarás al final. Pero de lo que no puedes dudar es de lo que tú quieres.

Al dar este paso podrás decir: “Quiero consagrar mi vida a Dios en el servicio de mis hermanos”.

“Quiero ingresar en esta congregación religiosa”. “Quiero ser sacerdote”. 


6. Acción “Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron”.

Mt 4, 21-22 Una vez tomada la decisión, ¡lánzate! No te dejes vencer por el miedo;

lánzate sin miedo. Pon todos los medios que estén a tu alcance para realizar lo que has decidido.

No cedas a la tentación de diferir tu ingreso a una casa de formación:

“Te seguiré, Señor; pero déjame primero...”.

(Lc 9, 61). Con tu decisión has comprometido todos los momentos posteriores;

en el futuro busca cómo ser fiel. La única manera de realizar el proyecto de Dios

es la fidelidad de cada día. Vive todo momento en coherencia con lo que has decidido;

dirige cada paso hacia la meta. ¿Y cuando venga la dificultad? ¡Perseverar!

El camino que emprenderás es difícil; más de lo que ahora crees.

Prepárate para la lucha; deberás enfrentar problemas y superar obstáculos. Jesús te dice:

“El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz

y me siga” (Lc 9, 23). El sendero es arduo, pero María te acompaña y

el Espíritu Santo te fortalece para que puedas recorrerlo. Además, no se trata de cargar hoy

la cruz de toda la vida, sino sólo la de hoy; y así cada día. Al dar este paso podrás decir,

como Pedro: “Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mc 10, 28).


 
7. Dirección Espiritual “Levántate y vete, a Damasco, allí se te dirá todo lo que está
establecido que hagas”. Hch 22,10 La dirección espiritual no es, en realidad, un paso más
en el proceso de discernimiento vocacional; es un recurso que puedes aprovechar en cada
uno de los pasos anteriores. El director espiritual te motivará a orar y a percibir los signos de la
voluntad de Dios; te indicará dónde obtener la información y te ayudará a reflexionar
En el momento de la decisión se alejará de ti para que tú, frente a Jesús, libremente
respondas a su llamada. Te ayudará a que te prepares convenientemente para ingresar
en una casa de formación. Su oración y sacrificio por ti te alcanzarán del Espíritu Santo,
la luz para descubrir tu vocación y la fuerza para seguirla. Si bien es cierto que la vocación
es una llamada de Dios que nadie puede escuchar por ti ni responder a ella en tu lugar, también
es cierto que necesitas de alguien que te acompañe en tu discernimiento vocacional.
Es fácil hacerse ilusiones: podrías creer que es un llamado de Dios lo que tal vez sea
sólo un deseo tuyo, o bien podrías pensar que no tienes vocación cuando en realidad
Dios te está llamando. Dialoga con tu director espiritual para clarificar la autenticidad
de tu vocación. Jesucristo, después de habérsele aparecido a Pablo en el camino de Damasco,
le dijo que fuera con Ananías y que éste le indicaría cuál era la voluntad de Dios.
Aunque Cristo hubiera podido decirle a Pablo lo que quería de él, quiso valerse de
Ananías para hacerle descubrir su vocación (cf Hch 22, 10-15).
En el discernimiento del proyecto de Dios sobre ti no puedes prescindir de la mediación de la Iglesia.
Descubrir tu vocación no es fácil, pero tampoco es imposible.
Si con sinceridad te pones a buscar la voluntad de Dios y
realizas los pasos que aquí te sugiero, creo que podrás encontrarla.
De muchas maneras Dios te está revelando la manera como quiere
que colabores en la instauración de su reino.
Él es el más interesado en que tú descubras y realices tu vocación.
Por eso haz oración, dialoga con tu director espiritual, percibe, infórmate,
reflexiona, decídete y actúa.

21 de noviembre día vocacional  OBLATO